"Hace bastante tiempo leí, en alguna parte que no recuerdo, una frase que me marcó: “Siempre hay segundas oportunidades. Nunca para lo mismo”. A partir de entonces he tomado como una guía el sentido primordial de ella, sobretodo por lo que, a mi parecer, quiere decir: la persona que soy en este momento ha llegado a ser así debido a las decisiones que he tomado, de los errores que haya cometido y los aciertos que haya tenido a lo largo de mi vida, las circunstancias que me han rodeado, en fin, una conjunción de eventos, situaciones y decisiones que han cimentado el camino para formar este “yo” que actualmente soy. Ahora bien, cuántas veces uno no ha deseado poder cambiar tal o cual evento, haber tomado una decisión distinta a la ya ejecutada, en suma, tener otra oportunidad para, esta vez, realizar las cosas bien. Y es aquí donde entra lo mágico de la frase: uno puede rectificar alguna decisión o acto que uno crea que ha tomado o realizado equivocadamente, pero no en la misma situación en la que se llevó a cabo la acción o decisión, sino en alguna situación nueva, con nuevas circunstancias, entorno, etc. Por ejemplo, uno puede no haberle dado una palabra de aliento a un amigo cuando este más lo necesitaba, y eso es algo que no se podrá cambiar porque ya está hecho; pero siempre habrá una segunda oportunidad en cuanto a poder estar ahí en algún momento de necesidad, la cual nunca será la misma que se dejó pasar.
Esta frase, en suma, indica que hay que dejar el pasado atrás, puesto que ya no se puede cambiar y no se vivirá nuevamente, y aprender de éste, dado que en cualquier momento surgirá la posibilidad u oportunidad de realizar las cosas de manera que uno considere bien."
Este es un mini-ensayo que escribí ayer (no diré para qué), y que intentaba explicar el por qué la frase que encabeza esta entrada me gusta... me parece que lo conseguí a medias: las frases generalmente nos llegan de una manera que nos cuesta explicar, pero que en algún momento nos han dado la claridad necesaria para poder seguir nuestro camino, ya sea reafirmando nuestras decisiones o haciéndonos escoger en una encrucijada el camino que nosotros creamos correcto. Tienen la particularidad de reconfortarnos cuando más lo necesitamos y de reafirmarnos como seres pensantes y decisionales, individuales pero a la vez inmersos en un conjunto de individualidades interrelacionadas que se prestan apoyo directa o indirectamente. Porque, si bien las experiencias nunca son idénticas, siempre habrá alguien más que haya pasado por algo similar a lo nuestro.
Y uno, aunque no lo crea, también puede resultar reconfortante para alguien más, por algo que tal vez nosotros encontremos nimio, pero que para otra persona puede significar la luz al final de su propio túnel. Esto no lo digo para que andemos tratando de decir frases para el bronce en cada escrito o conversación que tengamos, sino, tal vez, para yo mismo tener conciencia de lo importantes que son las palabras, de lo importante que puede resultar un desconocido para otro, de lo importante, en suma, que es la interacción del pensamiento humano.PD: No quiero sonar pretencioso, nunca ha sido mi idea, es más, lo último escrito (eso de crear conciencia y demases) me di cuenta ahora que sonaba un tanto presuntuoso... porque la creación de esa conciencia es un proceso por el que cada uno pasa en determinado momento y por determinadas razones, y no necesariamente respecto al mismo tema. Y esta creacion en particular es únicamente mia, pero no por ello iba a dejar de compartirla con los nónimos y a-nónimos lectores de este humirde blog.
