Acontecimientos, circunstancias... pensamientos...

Nuestro problema siempre son y siempre serán las expectativas. Lo que esperamos de algo, pocas veces se ajusta a la realidad, y eso hace que tengamos desilusiones, que tengamos desengaños, bajones de ánimo, en fin, trae una serie de consecuencias que podrían muy bien ser evitables... eso si lográramos que la naturaleza humana no creara expectativas, claro.

Uno tiende a pensar en certezas, uno tiende a pensar en absolutos, pese a que sabemos que no todo es blanco y negro, sino que hay muchos matices entre medio. Tendemos a creer que lo de ahora perdurará por siempre. "Siempre" es mucho tiempo. Dentro de todo está esto que le tememos al cambio, que nos sentimos bien ahora, que no les importa tanto el futuro, tal vez... tal vez... Sin embargolas cosas cambian, evolucionan, mejoran... involucionan, empeoran, se destruyen, desaparecen...

Hace un año no me veía como estoy ahora. Hace un año, estoy seguro, casi nadie se veía en su actual estado. Son precisamente las circunstancias que rodean todo este año, que rodean todos los eventos, situaciones, personas, en fin, todo nuestro accionar y nuestro pasar y no pasar por esta vida, que te llevan a ser quien al eres en este momento, y esas acciones son acciones que uno no puede prever (la mayoría de ellas). Es cierto, uno puede manejarse con escenarios, pero no es suficiente. Nunca es suficiente. Y ni el mejor analista, tal vez... o el mejor adivino podría haberte vaticinado algo detalladamente similar a lo que tu pasas ahora.

¿Dónde estaremos en un año más?
Lógico, de nosotros depende.

Te cuento en un año.